NUESTRA INFLUENCIA
"Cierto hombre rico llegó a interesarse mucho por las enseñanzas de Jesús. Después de muchas conversaciones cordiales, este rico preguntó a Jesús qué haría él con la riqueza si la tuviera, y Jesús le contestó":
«Amigo mío, si quieres ser un administrador fiel y justo de tu riqueza ante Dios y al servicio de los hombres, debes administrarla de acuerdo con la interpretación sabia y honrada de las leyes de la justicia, de la equidad, de la honradez y de la verdadera eficacia. Pregúntate, y haz todo lo posible por encontrar la respuesta honrada, ¿de dónde procede esta riqueza?
Para ayudarte a analizar los orígenes de la misma, te sugiero que recuerdes lo siguiente»:
-
«Mientras que los hombres pidan prestado y concedan préstamos, pueden percibir un interés equitativo siempre que el capital prestado proceda de una riqueza legítima. Purifica primero tu capital antes de reclamar los intereses. No te vuelvas tan despreciable y avaricioso como para rebajarte a practicar la usura. No te permitas nunca ser tan egoísta como para emplear el poder del dinero para obtener una ventaja injusta sobre tus semejantes. No cedas a la tentación de ser usurero con tu hermano que tiene apuros financieros».
-
Ningún hombre debería reclamar para sí una riqueza que otros han depositado entre sus manos, excepto los honorarios justos y legítimos obtenidos por administrarla. La administración de los bienes que una persona realiza en beneficio de otras es una responsabilidad solemne y sagrada. No arriesgues ni pongas en peligro ese depósito. Toma únicamente para ti, de cualquier depósito, la fracción que aprobarían todos los hombres honrados».
-
«Si una porción determinada de tu riqueza ha sido obtenida por medio del fraude, si una fracción de tus bienes ha sido acumulada mediante métodos no equitativos o si tus riquezas son el producto de negocios tratados injustamente con tus semejantes, apresúrate a restituir todas esas ganancias mal adquiridas a sus legítimos dueños. Efectúa todas las compensaciones necesarias y depura así tu fortuna de todos sus elementos indignos».
Fragmento de texto tomado y adaptado del Libro de Urantia Documento 132 sección 5